El relato de Mercedes Resch impacta a quien lo ve y lo escucha. Ella junto a otras tres personas fueron las protagonistas de un momento que quedará grabado eternamente. Ricardo Iorio, fallecido esta semana, fue a la pulpería Tranca Malal y como si lo hubiese presentido, se despidió cantando de su gente.
“Nosotros abrimos todos los viernes para el encuentro. Iorio siempre vino aquí para encontrarse con Mingo, un famoso jinete de la zona, muy reconocido. Nació una relación muy linda. Pero el otro viernes vino y me dijo que quizá era la última vez que nos veíamos. Le dije ‘pará, ¿me estás matando?’ y me respondió ‘Tal vez el que no venga sea yo’, estoy impactada”, relata Mercedes Resch, dueña de la pulpería La Tranca de Cura Malal, en Cnel. Suárez, Pcia. de Buenos Aires.
En la charla, Mercedes también contó que aquella última vez que lo vieron a Iorio él se quitó la remera y junto a una estampita y un nuevo testamento, se lo dejó sobre el mostrador. “Tenés que abrir y leer una página al azar, y al final del día reflexionar”, le dijo el cantante de heavy metal. Aquella fue la última vez que lo vieron, tal vez una despedida que alguien de espíritu elevado puede llegar a presagiar. “Se puso a cantar como or dos horas, se apretaba el pecho, se iba hasta el piso y se le caían las lágrimas. Nunca lo vamos a olvidar”