“Fue una lucha difícil, pero fue exitosa, porque logramos arrinconar el narcotráfico y el microtráfico, debe haber voluntad política del Estado.”, cuenta Claudia Carrasquilla, concejala de Medellín, ex fiscal y directora contra el crimen organizado de Colombia.
“La criminalidad es piramidal; en la cima, el narcotraficante es casi invisible, el que exporta la droga al exterior, y en la base están los que venden la sustancia en lo local.”, destaca la concejala colombiana.
“En Colombia, usamos la política de garrote y zanahoria persiguiendo al delito, pero con un programa social destinado al parcero, parcerito y parcerita. Había una oferta institucional para evitar que entren a la droga.”, describe la entrevistada.
“Un tema importante es impactarlos en el tema económico, apuntando a los inmuebles, estructuras financieras y empresas fachadas. Allí se aplicaba la extensión de dominio.”, apunta la directora contra el crimen.
“Las fuerzas de seguridad recibían dinero en Medellín, para facilitar la distribución local. A veces hacían falsos positivos, para decir que esa zona estaba liberada del narcotráfico.”, señala la invitada.
“Para investigar a la policía y poder político, se implementó un programa de Transparencia que apunte hacia ellos.”, explica Carrasquilla.
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