“Se dio un paso adelante al habilitar los dormitorios en nuestra casa. En marzo se instalarán los dormitorios para aquellos chicos que quieren avanzar en un proceso de recuperación.”, sentencia Lilia Suárez, presidenta de la CD de la Casa Juan Diego.
“No todos los que vienen a la Casa Juan Diego son gente pobre, hay casos en que su grupo familiar no sabe cómo manejarlos y los expulsan del hogar.”, describe la entrevistada.
“Los chicos llegan a Juan Diego rotos, con alto nivel de consumo, sin esperanza de vida; no quieren decir quiénes son. Así los recibimos y vemos cómo los podemos ayudar.”, explica Suárez.
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