“Esto es común a todas las parroquias y capillas, el porcentaje es muy mínimo que nos hacen en las facturas de servicios de energía eléctrica. En el último mes aumentó mucho.”, comenta el cura Sergio Capocetti, párroco de Coronda.
“Cuando voy al banco a pagar la factura y les digo: ‘Que Dios se lo pague’, no corre. Hay que afrontar las facturas de la luz, que en el último mes rondó los $160 mil.”, señala jocosamente el párroco de San Jerónimo.
“Los bolsillos de los feligreses están flacos, cuando pasamos la bolsita de la limosna encontramos poco, debemos apelar al 2% de sus ingresos, que pocos pueden afrontar.”, subraya el padre.
“Que vendan el oro que tiene el Vaticano, es la respuesta fácil. Yo diría que la solución sería que el superávit, que anunció la provincia, lo dedique a pagar mejores sueldos; es muy poco lo que cobran docentes y servicio penitenciario.”, destaca Capocetti.
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