Un 14 de abril de 1980, el mundo del rock pesado dio un giro rotundo. Ese día, Iron Maiden lanzó su álbum debut homónimo, dando el puntapié inicial a una de las bandas más influyentes en la historia del heavy metal. Con una estética agresiva, letras oscuras y un sonido vertiginoso, este disco marcó el nacimiento de un nuevo estilo dentro del metal británico, conocido como la Nueva Ola del Heavy Metal Británico (NWOBHM).
“Iron Maiden” fue grabado casi en vivo en los estudios Kingsway de Londres, en un proceso crudo e intenso que quedó reflejado en la energía salvaje de temas como “Prowler”, “Running Free”, “Phantom of the Opera” y “Iron Maiden”, canción que cerraba el disco y se convirtió en himno obligado de todos sus shows.
Alcanzó el puesto #4 en los rankings del Reino Unido. Vendió más de 1 millón de copias a nivel mundial, convirtiéndose en disco de oro en varios países. El sencillo “Running Free” fue un éxito radial en Europa y ayudó a catapultar la carrera de la banda. En 2020, por su 40° aniversario, fue reeditado en vinilo y volvió a entrar en los charts británicos, demostrando su vigencia.
Iron Maiden no solo redefinió el metal, sino que se transformó en un símbolo de independencia artística. Nunca se rindieron ante las modas ni se adaptaron al mainstream. Con más de 100 millones de discos vendidos y una discografía que sigue sumando nuevas obras, su legado comenzó exactamente un 14 de abril de 1980, con ese disco debut que aún hoy suena tan potente como entonces.